Cuentan los vecinos que a esa hora no había casi nadie en General Paz al 100, en Barrio Sur. Pero que un par de gritos fueron suficientes para que todos salieran a la calle. Bastaron un par de segundos más para que un grupo de persona rodeara y golpeara a un supuesto ladrón que había asaltado a dos jóvenes. Personal del Servicio 911 llegó justo a tiempo. Los más exaltados no paraban de aplicarle golpes de puño y patadas en distintas partes del cuerpo.
Todo comenzó cerca de la medianoche. Dos hombres que iban sobre una moto se acercaron a dos jóvenes que unos minutos antes habían salido del Complejo Belgrano, ubicado en la esquina de General Paz y avenida Sáenz Peña. El acompañante se bajó de la moto y a punta de pistola le robó el celular a uno de los menores. Lo que nunca imaginó el asaltante es que uno de los jóvenes iba a reaccionar y que, además, un grupo de vecinos iba a salir en ayuda de las víctimas. El cómplice, que lo estaba esperando en la esquina de General Paz y Moreno, escapó cuando observó que corría peligro de ser atrapado.
“La gente está cansada. Los delincuentes no respetan nada, ni siquiera a dos chicos que son sanos, que venían de hacer deportes. Observé algo que jamás en mi vida pensé ver. Mis vecinos de toda la vida totalmente sacados, furiosos golpeando sin piedad”, explicó María del Carmen de Medina, una de las tantas vecinas de General Paz y Moreno, donde se produjo la aprehensión ciudadana. “De cierta manera no puedo reprocharle nada, porque si me hubiera tocado a mí o a un ser querido, seguramente que hubiera actuado así”, agregó.
Josefina, sobrina de la mujer, después de escucharla atentamente, aportó su opinión: “Las personas que agredieron a ese chico son profesionales que saben que pueden tener muchos problemas por lo que hicieron. Quedé sorprendida por lo que pasó. Pero lo que más me duele es que estamos viviendo esta situación”.
Los vecinos de la zona confirmaron que si hay presencia policial, pero que no es permanente. “Es como que los ladrones saben o están moviéndose detrás de ellos. No son comunes, pero si hay algún que otro delito. En la mayoría de los casos son arrebatos cuando ya es de noche y, los domingos, nos enteramos que algunos vecinas ingresan a las casa en las que no están sus dueños”, comentó Fernanda Jerez.
“Este es un tema muy complicado. Es cierto que, por cómo le pegaron a ese chico, hubo excesos por parte de algunos vecinos. Pero también entiendo a la gente. Ellos reaccionan así porque saben que el delincuente no estará ni dos noches en un calabozo. Lo más grave es que la paliza, con seguridad, tampoco le servirá de escarmiento. Seguirá cometiendo delitos, porque es lo único que saben hacer. Esta es un provincia muy generosa”, dijo Luis Carlos Herrera.